La O.V. se encuentra ante replanteos teóricos y metodológicos. Esto exige repensar los supuestos científicos y éticos, el papel y la formación de los orientadores.
La O.V. brinda un espacio para informarse sobre sí y el mundo ocupacional y elaborar proyectos ante el futuro.
Se detallan diversas situaciones de orientación en adolescentes y jóvenes, puntualizando los principales emergentes actuales. Se destaca el protagonismo de los consultantes y el marco reflexivo de la orientación, que prepara para los cambios de etapa educativa y para la inserción ocupacional trabajando sobre los aspectos que amplían la autonomía para la elección y el desarrollo de habilidades sociales y actitudes para realizar el proyecto vocacional y el desarrollo laboral.
Es importante la formación continua de los orientadores ante transformaciones socioculturales y económicas turbulentas, para lo cual se sugieren campos de incumbencia posibles y temas a trabajar en dicha formación.
La O.V. y R.O.V. se encuentran, en este fin de siglo, ante desafíos y problemáticas que nos demandan una serie de replanteos desde lo teórico, lo clínico y las intervenciones de prevención. Prevención, como anticipación a las alteraciones, prediciéndolas, pronosticando, o protegiendo de las mismas, y como intervención para explorar y activar los recursos de aprendizaje y de calidad de vida que encontramos en los consultantes, en el sistema educativo, en los centros asistenciales, en las organizaciones laborales, en la sociedad.
Teoría, que nos lleva a preguntarnos por el lugar actual de lo "psi" en el conjunto de la revolución científica, en los conocimientos interdisciplinarios y transdisciplinarios, ante el modelado sociocultural del psiquismo individual y de los fenómenos grupales y organizacionales, y el notable impacto de las transformaciones económicas en la vida cotidiana y en los proyectos personales.
Este replanteo nos exige una profunda reflexión sobre nuestros supuestos científicos y éticos, sobre el papel que cumplimos como orientadores y formadores de orientadores.
Si pensamos la orientación vocacional, profesional y laboral frente a la magnitud del desempleo, del subempleo, de la escasez de oportunidades para los jóvenes, tal vez nos sintamos impotentes, y veamos la orientación como el placebo que puede darse a un enfermo grave para apelar a su grado de sugestión, imaginando que está mejor.
La orientación no olvida ni descuida lo humano, en tiempos en que la presión de lo tecnológico y lo económico tiende a exponer a los seres humanos a las vivencias de vacío, de marginalidad, de ser prescindible y descartable, de perder el sentido de su valer y temer la pérdida del lugar significativo de la productividad en la vida de cada uno.
La índole de las consultas de orientación y reorientación vocacional ha cambiado mucho en los últimos años. Con frecuencia, cuando se trata de adolescentes que cursan la enseñanza media, llegan a la O.V. movidos por sus compañeros o sus padres, porque "hay que decidirse por algo" al terminar el ciclo escolar secundario.
En un primer momento, la motivación de la consulta no es muy fuerte. Algunos la abandonan cuando se les plantea un encuadre protagónico, un lugar para pensar qué les pasa y para elaborar un proyecto personal. La mayoría prosigue la consulta, aunque se vuelve necesario apelar a distintos recursos y a una paciente espera para moviIizar la participación comprometida, para sacudir la modorra del pensamiento, o para explicitar los temores al futuro y a la elección que registre no solo las conveniencias o los mandatos sociales y famiIiares, si no el deseo profundo del sujeto.
Cada vez más recibimos jóvenes de 19 a 26 años, en diversas situaciones:
- Los que están estudiando una carrera que comenzaron sin preguntarse demasiado por qué, y una vez en la carrera, el rendimiento fue pobre, la desmotivación creció hasta que la dejaron, o aún la prosiguen sin saber hasta cuándo
- Los que eligieron algún estudio terciario o universitario, abandonándolo poco después, y trabajan insatisfechos, deseando encontrar algo que les interese para seguir formándose y para mejorar sus perspectivas laborales
- Otros jóvenes consultan porque no están bien en sus trabajos, y desean cambiarlos, o hacer un proyecto de vida más satisfactorio
- Muchos vienen del interior, y se encuentran desorientados al comenzar la facultad en un contexto tan diferente al conocido, en medio de una crisis personal, con dudas sobre seguir o abandonar
- Mencionaré algunas de estas situaciones:
- Juan tiene 19 años, vino de una pequeña ciudad del interior, sus padres tienen un campo no muy extenso, y es el segundo de cuatro hermanos. Le encanta el campo y la actividad agropecuaria, pero ve que no tendría mucha posibilidad de vivir solo de eso, por las dimensiones reducidas del establecimiento de la familia, y por tener que compartirlo en el futuro con sus hermanos. Por eso decide anotarse en Ciencias Económicas en la U.B.A., porque supone que es una buena alternativa laboral futura. Pero su desmotivación aumenta, y apenas alcanza a rendir alguna materia del C.B.C. (Ciclo Básico Común, introductorio). Trabaja y le cuesta organizarse en sus estudios. Quisiera pasarse a otra carrera que le guste más, quizás más corta.
- Lucas, de 20 años, también viene de una ciudad pequeña y es de familia numerosa. Su hermano mayor estudia en Bs. As. y le va bien. En cambio, él comenzó dos carreras y las abandonó. En realidad, no le gusta estudiar, aunque sus padres lo han convencido de que le conviene hacerlo, para asegurarse un mejor futuro. Lucas nunca se ha esforzado por nada, ni manifiesta un interés marcado por ninguna cosa. Es su padre quien toma la iniciativa de la consulta.
- Valeria tiene 22 años y está casada desde hace un año. Es feliz en su matrimonio. Ella y el marido trabajan. Comenzó a estudiar Nutrición, pero le ha resultado muy pesado trabajar y estudiar. No puede dejar de trabajar, y desea estudiar algo menos exigente. Le gustan los temas relacionados con el cuerpo, con dietas, gimnasias, danza. Ha sido muy buena deportista hasta terminar el secundario.
- Mariela, de 23 años, piensa casarse pronto. Estudia Computación en la U.B.A., pero no adelanta. Cree que tiene problemas intelectuales, porque le va mal en los exámenes. Quiere saber si eligió bien, porque , le sigue encantando la carrera, aunque no puede avanzar en el la. Considera que estudiar en la U.B.A. es muy prestigioso, y que en esa carrera sólo avanzan los que son "bochitos" (muy inteligentes).En estas diversas consultas, con frecuencia se necesita una etapa de exploración y elaboración de la problemática personal antes de poder plantear un proyecto vocacional profesional. Estamos ante un énfasis en la vertiente terapéutica de la orientación y reorientación vocacional, sin que ello signifique abandonar sus aspectos preventivos.
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